La agenda 2030 quizás la última oportunidad que tenemos de cambiar las cosas realmente, se convierte en una agenda única con algunas características novedosas que no se tenían en cuenta en los ODM, por ejemplo las siguientes:
Sostenibilidad: Los ODS ponen en el centro de discusión que el modelo debe ser “sostenible” para garantizar la vida, los derechos humanos y el planeta tierra.
Equidad: Los ODS toman en cuenta la realidad de las comunidades vulnerables y alejadas, para poder trabajar en ella.
Universalidad: Los ODS aborda su agenda en todos los países, ya que entiende que no se puede hablar de desarrollo si no se asume que todos los problemas están interconectados, por lo tanto hay una visión sistémica. Todos y todas somos parte necesaria para alcanzar estos objetivos ambiciosos. Se necesita la creatividad, el conocimiento, la tecnología y los recursos financieros de toda la sociedad para conseguir los ODS en cada contexto.
Compromiso: No dejar a nadie atrás, Los ODS comprometen a todos los países del mundo, como dijimos anteriormente son 193 que lo han firmado
También creo que es importante cuestionarse algunos puntos de esta agenda, resaltar sus límites y sombras que, por supuesto las tiene, no para deslegitimarla o para invalidarla, sino para evitar y repetir errores, para tomar conciencia y para hacer de esta agenda, una agenda más solida y que realmente si podamos cumplir con los objetivos marcados.
Por ejemplo hay dificultades obvia para implementar la agenda, es dífcil encontrar puntos de acuerdo y consensos de todas los actores que participan y actuan, desde gobiernos nacionales, estatales, locales, empresas privadas, sociedad civil, etc.
Otro aspecto cuestionable es que la agenda no es obligatoria, no hay responsabilidades legales al incumplirla, sólo hay un compromiso, una voluntad de cada uno de los paises integrantes para cumplirla.
Por otro lado la agenda no está terminada, el proceso de elaboración del marco global de indicadores está en proceso de construcción y sobre todo su aterrizaje a nivel nacional. Es necesario seguir avanzando.
Una cuestión muy importante para resolver es que la agenda llama claramente a una ruptura con el actual modelo de desarrollo dominante, es imposible luchar contra la pobreza o la vulnerabilidad si no atendemos directamente a las relaciones de poder que las genera o atendemos temas como, sin ir más lejos, el sistema de producción y reparto del dinero.
¿Pero realmente existe un interés real en cambiar nuestro modelo económico y social?